lunes, 30 de noviembre de 2020

Cartas a Benito Taibo, 30 de noviembre de 2020 (2)

 

301120

 

                                                                                                                                      Viernes 12 de diciembre de 2014

Benito:

 

        Yo tengo muchos años (desde que salí de la niñez) enredado en los tantísimos problemas humanos. Y en tus artículos acerca de Giordano Bruno y de Carlos Darwin para la revista QUO vi algo rescatable en ti, y cuando buscando un poco más de ti (en internet) encontré lo siguiente (“…Son éstos sin duda tiempos violentos. Tenemos todos, gobiernos, sociedades, personas, una misión entre las manos, tenemos que exhibir el fenómeno en su justa proporción, tenemos que erradicar el mal, sus orígenes y sus causas”) confirmo que (tal vez) no me he equivocado contigo, y por eso vuelvo a escribirte. Y quiero mostrarte (y no sólo a ti) muchas cosas, como por ejemplo, dónde está el problema (asunto) del mal (y la forma de poder con él).

        El jueves 31 de julio te mandé un correo (porque me llamó la atención lo que escribiste acerca de Giordano Bruno) y no me has contestado, tal vez se te haya hecho excesivo lo que estaba escrito en el último renglón, pero si lo escribí es porque en verdad que necesito ayuda (pero si lo prefieres olvida lo que está en ese último renglón de mi correo anterior).

        El sábado 9 de agosto leí el artículo que escribiste para la revista QUO del mes de agosto de 2014, en ese artículo hablas acerca de Carlos Darwin. Y lo que más me llamó la atención de ese artículo es eso de que te queda claro quiénes somos (los seres humanos) y de dónde provenimos, pero que no tienes ni la más pálida idea de hacia dónde vamos.

        Pero yo quiero mostrarte que lo que se sabe actualmente (pero no por muchos, y esos poquitos que lo saben, o que creen que lo saben, no lo entienden completamente. Pero todo lo que podemos o no podemos los humanos pertenece a los modos de ser de este ser en el que somos, del que somos. Los seres humanos no somos libres, tenemos marcos. Y los seres humanos del planeta Tierra estamos sólo repitiendo, caminando, siendo, esos marcos, siendo a través de esos marcos. Y todo lo que te digo es producto de pensar desde evolución, es decir, de que no hay Dios, que no hay eso, que nosotros no somos creación de un Dios, que eso de Adán y Eva es sólo un cuento humano. Pero yo digo que eso de la evolución no se entiende completamente. Desde evolución nosotros los humanos somos cosas, unas cosas más, como los perros, como las piedras, cosas que no son dueñas de sí, cosas que no tienen ninguna libertad, por mucho que ladren. Pero el problema es que los humanos somos las cosas más complejas que existen, somos más complejos que los perros, somos más complejos que las piedras. Y ser como humano o como perro o como piedra es lo que en este ser hay para ser, pero los humanos se atoran en una etapa ustedes, como en la que están ustedes todos, y por eso hoy los humanos terrícolas estamos como estamos: con mucho mal) es sólo un poquito del de dónde venimos, pero que no se sabe ni quiénes somos ni hacia dónde vamos.

        Y quiero mostrártelo porque ahí está todo lo nuestro (la belleza y la sinrazón, usando tus palabras. Pero la belleza y la sinrazón no son nuestras, son de la naturaleza, también en los dinosaurios había algo de belleza, y de sinrazón, y también en los meteoritos hay algo de belleza y de sinrazón. En la naturaleza hay cosas, aunque no tengan sentido, aunque no vayan a ninguna parte, la belleza y el daño pasan, pero volverán a ser, y a pasar, y a ser, y así indefinidamente), todo lo que somos, lo bueno y lo malo, todo lo que podemos, lo bueno y lo malo, pero que ese ser y poder no es nuestro, nos es dado, nos es dado ser lo que somos (pero en la etapa en que están ustedes esto que somos se enreda, se traba, se bloquea. Y como nuestra voz es la única voz que puede haber en las cosas, pero hasta hoy la única voz que se ha escuchado entre nosotros ha sido la voz de ustedes, de ustedes todos, ya sea que hablen desde religión o desde ciencia o desde filosofía, o desde mezcolanzas de religión, ciencia y filosofía).

        Y lo que a ti te queda claro (o crees que te queda claro) es un buen punto de inicio para entender (todo lo demás respecto a nosotros y respecto a todo), por eso estoy escribiéndote a ti, porque la mayoría de los seres humanos ni siquiera llega (puede llegar, nosotros los humanos no somos libres, somos de acuerdo a procesos, o si no, por qué la mayoría de los humanos ni siquiera está en ese nivel de entendimiento en que tú estás, y por qué hasta hoy esos poquitos que entienden más entre los humanos no han podido entender todo, cómo es todo. Y hace 5 millones de años los humanos sabíamos casi lo que sabe un perro) a eso en lo que tú estás.

 

        ¿Quiénes somos los seres humanos? Los seres humanos somos sólo un modo de ser que hay en esta cosa (realidad, ser, naturaleza, universo) en la que somos, de la que somos. Los seres humanos de aquí del planeta Tierra somos sólo lo que se es en estos zapatos de tipo “humano” que hay en las cosas (todo lo que somos, todo lo que hemos sido, responde a eso. Todo lo que somos es de las cosas, pero la etapa en que están ustedes está trabada, está equilibrada, increíblemente equilibrada, acomodada en una mezcla de conocimiento e ignorancia, pero un conocimiento que se adapta con la ignorancia es un conocimiento un poco ciego, o deformado, por eso hoy tenemos lo que tenemos, una sociedad humana como de locos, o de tontos, o de sonámbulos, o de periquitos, o de merolicos, o de impotentes). Los seres humanos de aquí del planeta Tierra no somos especiales (y lo que más distingue a seres como nosotros es el pensamiento, pero el pensamiento no es sólo nuestro, es de la vida, del fenómeno de la vida, y el fenómeno de la vida no es nuestro, ni de las moscas. Los seres humanos somos pensamiento, desde pensamiento, pero el pensamiento puede errar, como en ustedes, pero el pensamiento puede estar casi mudo, como en los perros, pero el pensamiento puede llegar hasta todo, y hasta lo que no es, como eso de Dios, y hasta lo que debiera ser, pero el pensamiento tiene que quedarse en lo real, en la realidad, en la dura realidad, en los hechos y límites de las cosas en las que es, a las que pertenece. Pero en esto del pensamiento está la clave de las cosas, porque hay una realidad, la realidad es, pero también hay una realidad creada en el pensamiento, hay una realidad que se refleja en el pensamiento, hay una realidad que se hace en el pensamiento. Y nosotros pensamos y hablamos desde esa realidad del pensamiento, y los perros piensan y ladran desde esa realidad del pensamiento. Pero sólo hay una realidad, la real, no la nuestra, no la de los perros. Pero ustedes no la saben, y los perros tampoco, pero ustedes pueden saberla, los perros no), no somos algo único, no tenemos ningún mérito de ser, ni tenemos ninguna culpa, a pesar de todo lo malos o ignorantes que podamos ser (los seres humanos somos dentro de marcos, dentro de límites, y en donde eso se ve más es en la situación en que hoy están ustedes, todos ustedes, en esa increíble incoherencia en que están ustedes, en ese increíble como sonambulismo en que están ustedes todos, en ese conocimiento mezclado con ignorancia en que están ustedes todos, en esa gran ignorancia mezclada con algo de conocimiento en que está la mayoría de ustedes todos. Pero los seres humanos somos sólo unas cosas más, todo lo nuestro no es nuestro, es de las cosas, somos sólo lo que las cosas nos dan para ser. Eso es ser humano, esto que somos es ser en ser humano, lo otro es ser perro o ser piedra, lo otro es ser como son los perros o es ser como son las piedras).

 

        ¿De dónde venimos los seres humanos? Los seres humanos tenemos que venir de alguna parte, y no se ve a un “Dios” (que nos haya creado), se ve a una evolución de la vida, pero la evolución de la vida es apenas el principio de la respuesta, la respuesta no se agota en evolución de la vida, pero la mayoría de los seres humanos del planeta Tierra ni siquiera puede pensar en términos de ese mínimo de cordura (y sólo podría haber 2 posibilidades de ser para las cosas: ser de algo como un “Dios”, o ser de algo que no tenga ningún parecido con ese concepto. Y el problema es que eso llamado Dios está sustentado sólo en ignorancia, y peor aún, en tontería. Y lo no Dios llega hasta darse cuenta de que sólo algo como Dios podría darle razones de ser a las cosas. Los humanos somos de unas cosas que no tienen ningún sentido, ningún propósito, ningún objetivo), y muchos de los que dicen evolución de la vida ni siquiera entienden mucho eso (pero no hay culpas ni méritos en cualquier cosa que seamos. Y en la oscuridad de las cosas se dan nuestras mezclas de maldad y de bondad, y nuestras mezclas de ignorancia y conocimiento. Y nuestras mezclas de conocimiento e ignorancia dependen de la inteligencia con la que hayamos nacido y de la cantidad de información que tengamos). Los seres humanos venimos de las posibilidades de las cosas, de las posibilidades de unas cosas que no tienen Dios, unas cosas extrañas, unas cosas (una realidad, un ser) en las que hay materia y en donde la vida es sólo una de las combinaciones de esa materia.

 

        Y, ¿a dónde vamos los seres humanos? Los seres humanos del planeta Tierra vamos hacia donde han tenido que ir los demás seres que han sido como nosotros. El ser (o cosas, o realidad, o naturaleza) es eterno (porque hoy es, sólo por eso, hoy hay lo que hay, lo que puede haber, lo que puede ser), y en la eternidad no hay principio ni fin, hacia atrás de hoy ya ha habido eternidad (y hacia adelante seguirá la eternidad), y ya ha tenido que haber habido incontables (incontable es lo que no puede contarse, no porque sea mucho, sino porque es infinito) humanidades, como ésta (esto) que hoy somos nosotros. Y habría 3 destinos hacia donde pudieran ir las cosas que son como nosotros (y sin meter a los meteoritos que pudieron habernos acabado cuando no hubiéramos podido defendernos, como pasó con los dinosaurios. Pero los rayos gamma de alguna estrella supernova cercana sí podrían acabarnos):

        A un autoexterminio inconsciente. En alguna guerra con armas nucleares, como pudo habernos pasado a nosotros en 1962, o en tiempos de Reagan, o en cualquier tiempo en que ya hubiera habido suficientes armas nucleares y accidentalmente o intencionalmente hubieran empezado los disparos.

        Cuando se termina (o cuando empieza a terminarse, porque lo más seguro es que en algún momento de las agonías de este universo ya no va a ser posible la vida humana) el universo en el que está esa humanidad (algún día va a terminarse este universo de hoy, aunque para eso todavía falten miles de millones de años). Pero en caso de que las humanidades se esperaran hasta ese final, lo harían en la más completa justicia (en la más completa igualdad, en el máximo de felicidad en que se puede ser aquí en las cosas, y para eso no sólo tendría que haber igualdad económica, sino incluso física, los humanos tendrían que ser puros clones), y no en la incoherencia (problemas de más, tontería, locura, como ésa de no poder evitar que la peor ignorancia rija, modele, afecte), como en la que estamos hoy los humanos del planeta Tierra.

        O a un autoexterminio consciente (ordenado, organizado, todos al mismo tiempo). Pero antes de eso se tendrá que educar a la humanidad, se tendrá que rescatar a la humanidad de donde hoy está (de esa etapa de ceguera, de esa etapa de incoherencia, de esa mezcolanza de mal y bien, que es consecuencia de la mezcolanza de ignorancia y conocimiento), de cómo hoy está, de cómo se está cuando no se sabe qué es todo esto, cómo es todo esto, esta cosa en la que somos, esta cosa de la que somos, esta cosa que es el ser, el único ser posible. Los seres humanos se van, recomponen, pero se van, porque aquí no puede sostenerse el proyecto humano, el sueño humano, el aborto humano (no podríamos sostenernos ni siquiera en la más completa justicia, es decir, en la más completa igualdad), cosas como nosotros los humanos son las cosas más extrañas (más diferentes) de las cosas, pero el que haya cosas (ser) es ya de por sí extraño (pero pese a todo el ser es, pero se manifiesta sólo a través de lo que somos nosotros, pero en ustedes está enredado y trabado). Aquí se puede ser sólo si se es como piedra (es decir, cosas que no sienten, ni ven, ni oyen, ni piensan), o si se es como perro (es decir, cosas que sienten, y/o ven, y/u oyen, y/o piensan un poquito), o si se es como hasta hoy ustedes (y los humanos sentimos, vemos, oímos, pensamos, pero en la etapa en la que hoy están ustedes el pensamiento del humano está como bloqueado, muy increíble, muy incoherente, muy como sonámbulo), o sea que hoy la ignorancia (en que están ustedes. Pero los humanos somos sólo cosas, y somos en modos de ser) está protegiéndolos, la ignorancia está afectándolos (con pobreza, con miseria, con asesinados, con violencia, con violados, con enviciados, con embrutecidos, con actos viles, con banalidad, con egoísmo, con malos gobiernos, con estafas, con ignorancias brutales, con creencias de ignorancia, con mentiras, con injusticia, con desigualdad, con infelicidad, con muchísima más muerte que la inevitable), pero está protegiéndolos, como a los perros, por eso los perros siguen siendo en su mundo, por eso los perros siguen siendo su mundo, sus capacidades, sus posibilidades, lo que tienen para ser, lo que tienen como ser. Pero lo que son los perros (lo que se es en perro, o en mosca) es algo cerrado (aunque en ese tipo de cosas esté en potencia lo que somos nosotros. Pero en perro las cosas están cerradas, sólo pueden ser lo perro, como se es en perro, o en planta: sólo vida, y un poco de conciencia), pero lo que somos los humanos (lo que se es en humano, pero lo humano es sólo lo perro o planta avanzado un escalón más allá) no es algo cerrado, hoy está cerrado, en ustedes, pero porque ustedes se traban a medio camino de lo que son (pero el mundo ustedes en que están ustedes todos es sólo una etapa del ser en humano), de sus capacidades, de sus posibilidades. En la etapa en que están ustedes se hace un mundo: el mundo ustedes, y en la etapa perro se hace otro mundo: el mundo perro (que es equivalente al mundo que se vive desde mosca o desde planta). Y ustedes todos viven en el mismo mundo (ya sea que lo vean desde religión, o desde filosofía, o desde ciencia, o desde política, ya sea política de derecha o política de izquierda).

 

        Benito, al hablarte a ti estoy hablándole a alguien que puede hacer mucho por la humanidad  (y eso es muy aparte de si me ayudas a mí a nivel personal o no), hoy que ya podemos hacer algo efectivo por la humanidad (hasta hoy nuestros esfuerzos humanos han sido tragados, porque no sabíamos a qué nos enfrentábamos, porque no sabíamos qué éramos, no sabíamos cómo era todo esto, esta vida, este mundo, este ser. Hasta hoy nuestros pequeños esfuerzos humanos tenían que ser tragados, porque así es esta cosa en la que somos, de la que somos, hasta hoy la tontería ha podido quemar a los Giordanos, y los Franciscos Francos han podido creer que el mundo es de Adán y Eva y de estafas sociales), hoy que ya podemos liberarnos de tener que ser como hasta hoy, viviendo a ciegas, al garete, con tanta tragedia, y comedia (pero la tragedia domina sobre la comedia, porque sólo somos cosas, cosas que van a tener algo de comedia, algo de belleza, y mucha tragedia, y mucha sinrazón. Tanta sinrazón como ésa de que en este ser no haya razones de ser, que todo sea gratuito, así como los perros, así como los dinosaurios, sólo cosas que son, porque pueden ser, pero que este lugar no es para el pensamiento, para las razones o deseos que puede haber en el cerebro humano, en el cerebro de tipo humano. Tanta sinrazón como ésa de que eternamente va a haber la posibilidad de que pueda haber seres parecidos a los perros o a los humanos, y esos perros y esos humanos siempre van a tener que pagar precios injustos, absurdos, pero hasta hoy ustedes no saben de esta película, hasta hoy no se sabe toda esta injusticia natural, toda esta absurdidad natural, aunque en ella haya belleza, belleza natural).

        Los asuntos (y problemas) humanos pertenecen a asuntos más grandes. Y si te escribo es para que ayudes en la resolución de los problemas humanos (y hasta hoy los humanos hemos sido en la oscuridad de las cosas, y aquí en esta oscuridad unos humanos han sido mejores que otros, y ésos que han sido mejores no han sido muchos, y ésos que han sido mejores es porque han tenido un poco más de entendimiento, y ésos que han sido un poco mejores no sólo se han preocupado por sí mismos, sino que se han preocupado por los demás, por los demás humanos, por los problemas humanos, o por los mayores problemas humanos, o por los problemas que padece la mayoría de los seres humanos. Pero aquí no hay culpas ni méritos, porque los humanos somos sólo unas cosas más, eso es algo de lo que dice la evolución. Que no hay “Dios”, y que en un lugar sin un Dios no hay sentido, pero que mientras tanto vivimos, amamos, ladramos, mordemos. Pero los humanos podemos darnos cuenta de todo esto, los humanos no estamos condenados a tener que ser siempre como son los perros, pero hasta hoy nosotros no podíamos evitar ser como los perros, con nuestras diferencias humanas, con nuestras capacidades humanas, con nuestras posibilidades humanas, pero igual de ajenos a las cosas que los perros. Y ahora, aunque ya sepamos las cosas, seguimos igual de condenados que los perros, pero al menos ya no tenemos que estar como los perros, ajenos, teniendo que soportar todo, tanto lo bueno como lo malo, la poca belleza, y la mucha sinrazón).

 

        Y sé que nada importa, porque algún día esta humanidad terrícola (esta humanidad de nosotros) no será. Y sé que tarde o temprano el humano puede con la sinrazón humana (y sé que al final triunfa la nada, la absurdidad, pero porque las cosas son de eso, de nada, las cosas no van hacia ningún lado, el ser es absurdo, sólo un ser, un seguir, siendo lo que es, esto es ser, y aquí somos nosotros, nuestros sueños humanos. Pero también sé que la razón humana logra derrotar a la sinrazón humana, sé que la injusticia humana, sé que la maldad humana, sé que la tontería humana, al menos logran ser derrotadas. Pero sé que una y otra vez volverán a surgir experiencias humanas, que tendrán que padecer sinrazón, sinrazón que va a tener que ser vencida, pero que no es fácil). Pero también sé que hoy ya podemos empezar a poder con la sinrazón que hay en nuestra humanidad terrícola, sé que hoy ya podemos empezar a hacer algo contra la sinrazón que nos corresponde a nosotros enfrentar.  

        Pero sé que hoy ustedes están trabados (sé que lo humano en la etapa ustedes está trabado, y que debe de ser destrabado). Sé que ante las cosas hoy ustedes están igual que los perros: ajenos.

        Sé que los humanos (lo humano) somos sólo cosas, sé que sólo podemos lo que las cosas permiten que podamos. Sé que todo lo nuestro está presupuestado. Pero a mí me está urgiendo la vida, yo ya no puedo permitir que en nosotros siga nuestro ser como hasta hoy, teniendo terribilidad (problemas, muerte, daño) de más, hoy que ya podemos parar esta sinrazón que hay en la absurdidad en donde somos, esta absurdidad en donde son nuestros pequeños sueños humanos, esta absurdidad de donde es esta cosa pequeña que es lo humano. Tiene muchos años que he vivido sólo para poder arreglar al humano, pero me he tardado tanto porque no era fácil decir todo esto que te digo en esta carta (y por si fuera necesario te digo que lo que considero que produce a los que son como yo es sólo inteligencia y tiempo, es sólo nacer en el tiempo ya más o menos adecuado y con la inteligencia suficiente, desde pequeño yo siempre fui el número 1 en mis escuelas. Sólo eso, lo demás es ya inevitable. Y los Giordanos y los Darwins, y los Galileos y los Newtons y los Einsteins, también son inevitables, pero también los Ches).

        Sé que no hay Dios (pero sé que sólo algo como “Dios” le hubiera dado sentido a las cosas), y por tanto, que nosotros somos sólo unas cosas más. Sé que nada importa, que los daños no importan.

        Y aunque nada importa yo no puedo dejar de ser lo que soy, lo que veo, yo no puedo vivir una vida de ceguera como la que vive la mayoría de los humanos, porque a algunos de los humanos las circunstancias los han llevado a ser un poco diferentes que la mayoría, porque hay y ha habido algunos humanos que desde la religión o desde la filosofía o desde la ciencia o desde la revolución han hecho algo (o han tratado de hacer algo).

        Sé que ustedes están increíbles, aunque ustedes ni se den cuenta (ni puedan darse cuenta), pero desde evolución (los que “vean” desde evolución) ustedes tendrían que darse cuenta de muchas cosas, pero sin embargo no se dan cuenta, están como sonámbulos, desde evolución ustedes tendrían por lo menos que ver cómo es esto, cómo hemos sido nosotros, pero no se dan cuenta, están como sonámbulos, o peor, como periquitos, que sólo repiten, pero al menos no repiten sandeces de tipo religioso.

        Sé que al final el conocimiento (humano) triunfa sobre la ignorancia (humana), sé que al final el bien (humano) triunfa sobre el mal (humano).

        Pero yo quiero sacarlos a ustedes de su sonambulismo (natural), de sus cegueras (naturales, normales), de sus inercias (naturales, normales, esperables).

        Hasta luego y espero que me contestes algo.

 

        Y lo que sigue puedes saltártelo, pero abunda un poquito más en lo que he tratado de mostrarte:

        Las cosas (o sea, todo) sólo podrían ser de “Dios” (de algo como eso que llaman Dios) o de algo que no es como es eso (que no hay un Creador, sino que las cosas son solas, sin creador, sin una voluntad grandotota, pero los humanos sólo han dado a ese Dios características de pensamiento, de voluntad, de inteligencia, pero esas características no son sólo humanas, los perros las tienen también, sólo que un poco menos desarrolladas. Las cosas tienen para ser como se es desde humano o como se es desde perro o como se es desde piedra. Y de piedra a perro o a humano hay escalas de ser, pero los tipos básicos de ser son como la piedra, como el perro o como el humano, pero los humanos tienen una etapa ustedes, lo que hoy son ustedes, lo que ven ustedes, lo que piensan ustedes, lo que entienden ustedes. Los humanos y los perros vemos hacia la realidad, pero no todos vemos la misma realidad. Los humanos y los perros vemos la realidad, pero la interpretamos, pensamos, creemos, hablamos, ladramos).

        Lo que tú dices que te queda claro respecto a qué somos y a de dónde venimos los seres humanos lo dices de ese no Dios, pero que irse por ese lado va mucho más allá (pero por lo menos a ti no tengo que tratar de hacer entender que “Dios” es sólo ignorancia, y a veces un poco o un mucho de buena voluntad), pero que hasta hoy los que hablan desde esos lados están como sonámbulos, o como pericos, sólo repitiendo, pero no entendiendo mucho (pero así son las cosas, así se retuerce el conocimiento, si no se retorciera así los humanos no estaríamos en este callejón actual, atorados, trabados, incoherentes, con conocimiento a medias, o con ignorancias tremendas, como están todos ésos que ni siquiera piensan en evolución de la vida, sino en Adán y Eva, o en algo parecido a eso: astrología, brujerías, Santa Muerte, fantasmas, espíritus…).

        El conocimiento que tienen ustedes (el conocimiento que se tiene en la etapa ustedes. Aunque lo que más tienen ustedes es ignorancia, la mayoría de los humanos está más metida en cosas de tipo religión que en cosas de tipo ciencia, o que en cosas de tipo filosofía materialista. Y cosas de tipo religión no son sólo las creencias de ese tipo, sino toda esa mitología popular como la astrología, como las brujerías, como todo eso en donde intervienen cosas de tipo espíritu, todas esas cosas misteriosas, de las que no hay ninguna prueba, la más mínima, y sin embargo en cosas así está la mayoría de los humanos. Y el poco conocimiento que hay está como sonámbulo, o peor, está como de perico, repite, pero no entiende. Pero no hay culpa, ni méritos, así es esto que somos) es un conocimiento increíble, por lo corto (como la filosofía materialista. Porque la filosofía que ni siquiera es materialista llega hasta filosofía de tipo religioso) o por lo desviado (como la ciencia. Y no es que la ciencia no sea conocimiento, no es que la ciencia no tenga razones, el problema de la ciencia es que hay cosas mucho más primarias para las que la ciencia está ciega. Pero así se pierde el conocimiento, se queda muy corto, o se va hasta lo secundario), y por eso ustedes no ha podido entender, lo principal que habría tenido que entender (y el entendimiento nos es natural, no es ningún mérito nuestro. Pero los caminos por los que increíble e inevitablemente se van ustedes no son los adecuados para entender. Cuando allá por el siglo 6 antes de Cristo empezó, ya definidamente, eso de la filosofía, tenía tiempo que ya había los datos que a mí me han llevado a poder entender, y esos datos ya los había en tiempos de Hammurabi o en tiempos de Urukagina. Y esos datos son la gran tontería que hay en los humanos, y la gran terribilidad que hay en las cosas. Pero lo que lleva a alguien como yo a llegar hasta todo, es el darse cuenta de que todos ustedes tienen tontería, que todos ustedes están como sonámbulos, como miopes, y a partir de ahí ese alguien como yo se mete en batallas al tener que acomodar todos los datos, entre esos datos los caminos a medias o los caminos distorsionados de ustedes, como eso de la filosofía y eso de la ciencia).

        El mundo en su forma más completa está sólo en nosotros (porque los perros o las hormigas también perciben mundo, realidad, asuntos), pero en ustedes todos va desde las más completas ignorancias (religión, o astrología), hasta filosofía, ciencia o política, y hasta las mezcolanzas de todo lo anterior (y por eso la realidad hoy está cerrada en ustedes todos, casi tan cerrado como en los perros o en las hormigas).

        Las cosas no tienen sentido, no hay ningún propósito para los perros (ni para los humanos, ni para las piedras. Pero las piedras y los perros y los humanos tienen potencias, aunque no tengan ningún propósito, ningún objetivo, sino que son sólo posibilidades, capacidades, posibilidades y capacidades que sólo pueden dar vueltas, repetirse, una y otra vez, infinitamente, cuando sean, cuando se dé la posibilidad para que sean. Y no siempre son los perros o los humanos, pero lo mudo, lo piedra, siempre es, aunque ni siquiera sea en forma de piedra), los ladridos quedan en sólo ladridos, pero mientras son, los perros ladran, y comen, y huelen, y aman, y mueven la cola, y muerden, y van al baño.

        Y las cosas son extrañas (pero están amarradas a nosotros, sólo cosas como nosotros pueden dar testimonio de ellas, dar testimonio, dar imaginaciones, dar conceptos, dar creencias, dar ideas. Esa capacidad de ser los portavoces de las cosas nos define a nosotros, lo otro es perro o piedra, ladridos o mudez absoluta. Pero en ustedes las cosas se enredan, y en ese enredo se traba todo, nosotros y todo lo demás). Pero Dios (ese concepto) no sólo es extraño, es irreal, porque está sólo en un pensamiento muy ignorante (y todos los humanos venimos de mucha ignorancia, a nivel general y a nivel individual, hace como 10 000 años todos los humanos que había eran muy ignorantes, y todos somos muy ignorantes cuando nacemos). Porque en la realidad no se ve ese Dios. Se ven regularidades (asuntos cuánticos incluidos). Se ve terribilidad, mucha (y casi toda ella inevitable), que será una y otra vez, como es el caso en las cosas como nosotros, que siempre vienen de una evolución de la vida, y salen desnudos, sin tecnología, modelados por una dura naturaleza, teniendo que pagar precios naturales y humanos (que también son naturaleza), teniendo que ser regidos por tiranos, teniendo que  ser esclavizados por otros humanos o por los vicios, teniendo que ser asesinados por las fieras salvajes o por otros humanos o por la enfermedad o por el desconocimiento de las medicinas o por el hambre (natural o de egoísmo humano), teniendo que ser envilecidos, teniendo que estar expuestos a extinciones como la que acabó con los trilobites o con los dinosaurios. Se ve ignorancia humana, mucha, aún hoy, en donde ni siquiera hemos podido ser más buenos, más juiciosos, más justos, menos egoístas, pero si fuéramos eso ya no estaríamos, hoy estamos en la presente situación porque las cosas humanas se acomodan así, se entrampan. Y es como una película, en donde sólo puede haber lo que hay, lo que ya ha habido, y hoy nosotros los humanos de este planeta Tierra estamos siendo parte de esta película.

 

        Hay algunos puntos que no hay que perder de vista ante la gravedad del problema al que nos enfrentamos:

        Que este hoy que actualmente vivimos es sólo un momento (y pasará, porque todo pasa, todo transcurre, sigue. Hace 10 millones de años no había “humanos” en el planeta Tierra, y hace 6 000 millones de años no había planeta Tierra, y dentro de 4 000 millones de años no habrá planeta Tierra, y dentro de 100 000 millones de años no habrá nada de esta humanidad terrícola), pero nosotros los humanos vivimos tan en un tiempo presente (o en un tiempo más o menos cercano a este presente, a este hoy).

        Que los humanos no somos nada relevante (que todo lo que podemos es nada ante las cosas), que no siempre hay humanos, pero que siempre habrá la posibilidad para que pueda haber esta cosa que hoy somos nosotros (pero que no siempre es como hoy somos, hace 200 ó 2 000 ó 20 000 ó 200 000 ó 2 millones de años, esto que somos estaba menos desarrollado).

        Que las cosas más diferentes de las cosas son las que se dan en la vida (y en el pensamiento de esa vida) que puede haber en las cosas, las cosas (algunas cosas) pueden llegar hasta vida, y la vida puede llegar hasta seres como nosotros (pero los seres como nosotros tienen una etapa como en la que están ustedes todos). Porque todo lo demás es menos complejo, para empezar, todo lo demás ni siquiera tiene pensamiento, conciencia, imaginación, deseos, voluntad (he clasificado a las cosas tomando en cuenta lo no vivo, lo vivo, y lo “humano”. Pero cuando las cosas que piensan más están enredadas, trabadas, como pasa con ustedes todos, entonces todo se confunde, se complica).

        Que no siempre hemos estado como hoy estamos, en este bienestar (por el momento dejando de lado a los malestares, un malestar que siempre ha habido: ya sean los virus, o las bacterias, o los Hitlers o los lobos, o los leones, o los tigres, o los tigres dientes de sable…), pero los humanos vivimos casi siempre en tiempo presente como que se nos olvidan los muertos, o como que se nos olvida que además del bienestar actual seguimos llenísimos de problemas. Y hoy tenemos bienestar, pero seguimos teniendo ignorancia, de lo que somos, de lo que es esto en donde somos. Los humanos somos de una evolución de la vida (de una vida que surge en una realidad material, es decir, en una realidad en donde no hay “Dios”. Pero esa realidad es vista a través de lo que hay en nuestro cerebro. No hay Dios, pero hay cosas, pero también hay opiniones humanas. Éstos son los datos básicos que hay), pero esa evolución es en todos los órdenes: en lo físico, en lo tecnológico, pero sobre todo en el entendimiento. Y físicamente ya estamos terminados, y tecnológicamente ya no estamos tan mal, pero en el entendimiento todavía no habíamos terminado.

        Que hoy estamos mal (que siempre hemos estado mal, que los perros están mal: son perros, pero ellos no lo saben, no saben que son perros, no saben qué es ser perro, por qué son perros, por qué tienen que ser perros), que necesitamos un arreglo, que necesitaríamos un arreglo, si esto fuera posible (pero que no es posible, pero lo que sí es posible, ahora ya es posible, es ya poder salirnos de la ignorancia. Lo que somos es naturalidad, normalidad. Y lo que somos hoy es naturalidad, normalidad, e ignorancia).

        Que somos en inercias, y como desmemoriados, como sonámbulos, impotentes. Y que yo mismo no tengo que dejarme envolver por esta inercia, por esta casi impotencia ante una realidad que se hace normal, muy normal, pero que nos va tragando (pero una realidad que ahora ya podemos enfrentar, saber).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jueves 31 de julio de 2014

Benito:

        Hace unos días leí algo que tú escribiste acerca de Giordano Bruno. 

        Yo ya conocía un poco acerca de ti, una vez te oí cuando fuiste a un programa de radio, hace como 5 años, creo que fue en el programa "El Hueso".

        No tengo el artículo sobre Giordano Bruno a la mano, pero algo de lo que tú escribiste hizo que pensara en ti, porque tenemos que hacer algo para tratar de arreglar este caos que vivimos no sólo los mexicanos sino todos los humanos.

        Yo he dedicado mi vida a tratar de hacer algo, no puede ser de otra manera, cuando vemos que este mundo que vivimos está como de locos, o como de tontos, tontería que casi llega hasta el retraso mental.

        Yo no he podido hacer una vida normal, a los 17 años yo ya estaba en la universidad (en la UAM) estudiando Administración, pero lo que veía del mundo ya no me permitió seguir en eso, y entonces me dediqué a leer y a leer (yo siempre fui el número 1 en la escuela, por eso a los 17 ya estaba en la universidad).

        Y de tanto leer ahora ya puedo decir que he entendido por qué es todo este caos mexicano y humano.

        Y ya he escrito un libro, pero sé que aún le falta mucho, porque en ese libro trato de explicar cómo es todo esto en que somos los seres humanos, y el tema es dificilísimo, y para que pueda ser aceptado tiene que quedar casi perfecto. 

        Y lo que digo en mi libro es que esta cosa (realidad, o naturaleza, o ser, o universo, o universos) está en estrecha relación con seres que son como nosotros, porque seres que son como nosotros (y en las cosas sólo puede haber seres como las piedras, o seres como los perros, o seres como los humanos. Y los humanos de aquí del planeta Tierra son sólo una humanidad más, lo que somos nosotros no es propio sólo de nosotros, lo que somos nosotros es sólo un nicho que hay en las cosas) son los que tienen (más desarrollado, porque las características humanas no son algo desconectado de lo demás, en los demás animales estas características ya están, pero muy mínimas) pensamiento, opinión, ideas, acerca de las cosas, somos una parte de las cosas, pero las cosas (para nosotros) son a través de nosotros, y ahí están las miles, o millones, de opiniones de los humanos, aún las de más ignorancia.

         Y en mi libro también digo que lo que hoy vive el ser humano es de las cosas, por eso puede sostenerse, aun con tanta incoherencia, aun con tanta ignorancia, aun con tanto daño. Yo no estoy enfrentándome sólo a una normalidad que hoy vive el humano sino a un estado de las cosas, por eso es que es tan difícil que se me entienda.

        Y en mi libro también digo que llega un momento en que a los seres como nosotros les llega la hora de entender las cosas, y que lo único que podríamos ser sería ser buenos, y justos, e iguales, y felices, pero todos, y para eso vamos a tener que hacer una sociedad en donde eso pueda ser posible, pero que el quitar todas las diferencias (empezando por las diferencias económicas) llega hasta nuestros cuerpos, que vamos a tener que ser puros clones, en un clon masculino y en un clon femenino, y que si esto está en chino, lo otro es peor, pero que puede que eso otro sea lo que al final hagan todas las humanidades (porque aquí, en las cosas, no hay sentidos, no hay propósitos, no hay razones de ser, no hay nada que esperar, y hasta hoy los humanos y los perros son como son porque viven de espaldas a las cosas, porque no saben las cosas): irse, suicidarse en masa, ya no se trata sólo de nosotros sino que se trata de qué es lo que hacen los seres que son como nosotros, y los seres que son como los perros siempre van a ser como eso, mientras sean, pero nosotros no, nosotros la tenemos muchísimo más difícil.

        Mi libro ya está en su cuarta versión y las versiones tercera y cuarta las he mandado a concursar (en enero y en abril de este año) a concursos de ensayo en los que se puede participar enviando la obra por correo electrónico, pero no he podido ganar. Y yo no tengo de otra más que continuar. Y en vista de que en los concursos de ensayo no he podido ganar he pensado enviarla a una editorial en donde aceptan manuscritos, pero no ahorita, sino que en mi cabeza ya está armándose una nueva versión, pero actualmente ni siquiera tengo una computadora.

        Tiene más de 4 años que estoy en Baja California Norte, y estoy por acá porque vine para intentar pasar a Estados Unidos, ilegalmente, pero está tan peligroso el cruce (hay secuestros y asesinatos) que no me ha quedado de otra más que seguir aquí leyendo y escribiendo, no vaya a ser que me toque la de malas sin antes haber acabado lo que estoy haciendo, pero estoy varado, y además hasta pasando hambre.

       Me gustaría saber si tú puedes hacer algo por mí. Gracias y hasta luego. 

 

     

Cartas a Benito Taibo, 30 de noviembre de 2020

 

301120

 

                                                                                                                                      Viernes 12 de diciembre de 2014

Benito:

 

        Yo tengo muchos años (desde que salí de la niñez) enredado en los tantísimos problemas humanos. Y en tus artículos acerca de Giordano Bruno y de Carlos Darwin para la revista QUO vi algo rescatable en ti, y cuando buscando un poco más de ti (en internet) encontré lo siguiente (“…Son éstos sin duda tiempos violentos. Tenemos todos, gobiernos, sociedades, personas, una misión entre las manos, tenemos que exhibir el fenómeno en su justa proporción, tenemos que erradicar el mal, sus orígenes y sus causas”) confirmo que (tal vez) no me he equivocado contigo, y por eso vuelvo a escribirte. Y quiero mostrarte (y no sólo a ti) muchas cosas, como por ejemplo, dónde está el problema (asunto) del mal (y la forma de poder con él).

        El jueves 31 de julio te mandé un correo (porque me llamó la atención lo que escribiste acerca de Giordano Bruno) y no me has contestado, tal vez se te haya hecho excesivo lo que estaba escrito en el último renglón, pero si lo escribí es porque en verdad que necesito ayuda (pero si lo prefieres olvida lo que está en ese último renglón de mi correo anterior).

        El sábado 9 de agosto leí el artículo que escribiste para la revista QUO del mes de agosto de 2014, en ese artículo hablas acerca de Carlos Darwin. Y lo que más me llamó la atención de ese artículo es eso de que te queda claro quiénes somos (los seres humanos) y de dónde provenimos, pero que no tienes ni la más pálida idea de hacia dónde vamos.

        Pero yo quiero mostrarte que lo que se sabe actualmente (pero no por muchos, y esos poquitos que lo saben, o que creen que lo saben, no lo entienden completamente. Pero todo lo que podemos o no podemos los humanos pertenece a los modos de ser de este ser en el que somos, del que somos. Los seres humanos no somos libres, tenemos marcos. Y los seres humanos del planeta Tierra estamos sólo repitiendo, caminando, siendo, esos marcos, siendo a través de esos marcos. Y todo lo que te digo es producto de pensar desde evolución, es decir, de que no hay Dios, que no hay eso, que nosotros no somos creación de un Dios, que eso de Adán y Eva es sólo un cuento humano. Pero yo digo que eso de la evolución no se entiende completamente. Desde evolución nosotros los humanos somos cosas, unas cosas más, como los perros, como las piedras, cosas que no son dueñas de sí, cosas que no tienen ninguna libertad, por mucho que ladren. Pero el problema es que los humanos somos las cosas más complejas que existen, somos más complejos que los perros, somos más complejos que las piedras. Y ser como humano o como perro o como piedra es lo que en este ser hay para ser, pero los humanos se atoran en una etapa ustedes, como en la que están ustedes todos, y por eso hoy los humanos terrícolas estamos como estamos: con mucho mal) es sólo un poquito del de dónde venimos, pero que no se sabe ni quiénes somos ni hacia dónde vamos.

        Y quiero mostrártelo porque ahí está todo lo nuestro (la belleza y la sinrazón, usando tus palabras. Pero la belleza y la sinrazón no son nuestras, son de la naturaleza, también en los dinosaurios había algo de belleza, y de sinrazón, y también en los meteoritos hay algo de belleza y de sinrazón. En la naturaleza hay cosas, aunque no tengan sentido, aunque no vayan a ninguna parte, la belleza y el daño pasan, pero volverán a ser, y a pasar, y a ser, y así indefinidamente), todo lo que somos, lo bueno y lo malo, todo lo que podemos, lo bueno y lo malo, pero que ese ser y poder no es nuestro, nos es dado, nos es dado ser lo que somos (pero en la etapa en que están ustedes esto que somos se enreda, se traba, se bloquea. Y como nuestra voz es la única voz que puede haber en las cosas, pero hasta hoy la única voz que se ha escuchado entre nosotros ha sido la voz de ustedes, de ustedes todos, ya sea que hablen desde religión o desde ciencia o desde filosofía, o desde mezcolanzas de religión, ciencia y filosofía).

        Y lo que a ti te queda claro (o crees que te queda claro) es un buen punto de inicio para entender (todo lo demás respecto a nosotros y respecto a todo), por eso estoy escribiéndote a ti, porque la mayoría de los seres humanos ni siquiera llega (puede llegar, nosotros los humanos no somos libres, somos de acuerdo a procesos, o si no, por qué la mayoría de los humanos ni siquiera está en ese nivel de entendimiento en que tú estás, y por qué hasta hoy esos poquitos que entienden más entre los humanos no han podido entender todo, cómo es todo. Y hace 5 millones de años los humanos sabíamos casi lo que sabe un perro) a eso en lo que tú estás.

 

        ¿Quiénes somos los seres humanos? Los seres humanos somos sólo un modo de ser que hay en esta cosa (realidad, ser, naturaleza, universo) en la que somos, de la que somos. Los seres humanos de aquí del planeta Tierra somos sólo lo que se es en estos zapatos de tipo “humano” que hay en las cosas (todo lo que somos, todo lo que hemos sido, responde a eso. Todo lo que somos es de las cosas, pero la etapa en que están ustedes está trabada, está equilibrada, increíblemente equilibrada, acomodada en una mezcla de conocimiento e ignorancia, pero un conocimiento que se adapta con la ignorancia es un conocimiento un poco ciego, o deformado, por eso hoy tenemos lo que tenemos, una sociedad humana como de locos, o de tontos, o de sonámbulos, o de periquitos, o de merolicos, o de impotentes). Los seres humanos de aquí del planeta Tierra no somos especiales (y lo que más distingue a seres como nosotros es el pensamiento, pero el pensamiento no es sólo nuestro, es de la vida, del fenómeno de la vida, y el fenómeno de la vida no es nuestro, ni de las moscas. Los seres humanos somos pensamiento, desde pensamiento, pero el pensamiento puede errar, como en ustedes, pero el pensamiento puede estar casi mudo, como en los perros, pero el pensamiento puede llegar hasta todo, y hasta lo que no es, como eso de Dios, y hasta lo que debiera ser, pero el pensamiento tiene que quedarse en lo real, en la realidad, en la dura realidad, en los hechos y límites de las cosas en las que es, a las que pertenece. Pero en esto del pensamiento está la clave de las cosas, porque hay una realidad, la realidad es, pero también hay una realidad creada en el pensamiento, hay una realidad que se refleja en el pensamiento, hay una realidad que se hace en el pensamiento. Y nosotros pensamos y hablamos desde esa realidad del pensamiento, y los perros piensan y ladran desde esa realidad del pensamiento. Pero sólo hay una realidad, la real, no la nuestra, no la de los perros. Pero ustedes no la saben, y los perros tampoco, pero ustedes pueden saberla, los perros no), no somos algo único, no tenemos ningún mérito de ser, ni tenemos ninguna culpa, a pesar de todo lo malos o ignorantes que podamos ser (los seres humanos somos dentro de marcos, dentro de límites, y en donde eso se ve más es en la situación en que hoy están ustedes, todos ustedes, en esa increíble incoherencia en que están ustedes, en ese increíble como sonambulismo en que están ustedes todos, en ese conocimiento mezclado con ignorancia en que están ustedes todos, en esa gran ignorancia mezclada con algo de conocimiento en que está la mayoría de ustedes todos. Pero los seres humanos somos sólo unas cosas más, todo lo nuestro no es nuestro, es de las cosas, somos sólo lo que las cosas nos dan para ser. Eso es ser humano, esto que somos es ser en ser humano, lo otro es ser perro o ser piedra, lo otro es ser como son los perros o es ser como son las piedras).

 

        ¿De dónde venimos los seres humanos? Los seres humanos tenemos que venir de alguna parte, y no se ve a un “Dios” (que nos haya creado), se ve a una evolución de la vida, pero la evolución de la vida es apenas el principio de la respuesta, la respuesta no se agota en evolución de la vida, pero la mayoría de los seres humanos del planeta Tierra ni siquiera puede pensar en términos de ese mínimo de cordura (y sólo podría haber 2 posibilidades de ser para las cosas: ser de algo como un “Dios”, o ser de algo que no tenga ningún parecido con ese concepto. Y el problema es que eso llamado Dios está sustentado sólo en ignorancia, y peor aún, en tontería. Y lo no Dios llega hasta darse cuenta de que sólo algo como Dios podría darle razones de ser a las cosas. Los humanos somos de unas cosas que no tienen ningún sentido, ningún propósito, ningún objetivo), y muchos de los que dicen evolución de la vida ni siquiera entienden mucho eso (pero no hay culpas ni méritos en cualquier cosa que seamos. Y en la oscuridad de las cosas se dan nuestras mezclas de maldad y de bondad, y nuestras mezclas de ignorancia y conocimiento. Y nuestras mezclas de conocimiento e ignorancia dependen de la inteligencia con la que hayamos nacido y de la cantidad de información que tengamos). Los seres humanos venimos de las posibilidades de las cosas, de las posibilidades de unas cosas que no tienen Dios, unas cosas extrañas, unas cosas (una realidad, un ser) en las que hay materia y en donde la vida es sólo una de las combinaciones de esa materia.

 

        Y, ¿a dónde vamos los seres humanos? Los seres humanos del planeta Tierra vamos hacia donde han tenido que ir los demás seres que han sido como nosotros. El ser (o cosas, o realidad, o naturaleza) es eterno (porque hoy es, sólo por eso, hoy hay lo que hay, lo que puede haber, lo que puede ser), y en la eternidad no hay principio ni fin, hacia atrás de hoy ya ha habido eternidad (y hacia adelante seguirá la eternidad), y ya ha tenido que haber habido incontables (incontable es lo que no puede contarse, no porque sea mucho, sino porque es infinito) humanidades, como ésta (esto) que hoy somos nosotros. Y habría 3 destinos hacia donde pudieran ir las cosas que son como nosotros (y sin meter a los meteoritos que pudieron habernos acabado cuando no hubiéramos podido defendernos, como pasó con los dinosaurios. Pero los rayos gamma de alguna estrella supernova cercana sí podrían acabarnos):

        A un autoexterminio inconsciente. En alguna guerra con armas nucleares, como pudo habernos pasado a nosotros en 1962, o en tiempos de Reagan, o en cualquier tiempo en que ya hubiera habido suficientes armas nucleares y accidentalmente o intencionalmente hubieran empezado los disparos.

        Cuando se termina (o cuando empieza a terminarse, porque lo más seguro es que en algún momento de las agonías de este universo ya no va a ser posible la vida humana) el universo en el que está esa humanidad (algún día va a terminarse este universo de hoy, aunque para eso todavía falten miles de millones de años). Pero en caso de que las humanidades se esperaran hasta ese final, lo harían en la más completa justicia (en la más completa igualdad, en el máximo de felicidad en que se puede ser aquí en las cosas, y para eso no sólo tendría que haber igualdad económica, sino incluso física, los humanos tendrían que ser puros clones), y no en la incoherencia (problemas de más, tontería, locura, como ésa de no poder evitar que la peor ignorancia rija, modele, afecte), como en la que estamos hoy los humanos del planeta Tierra.

        O a un autoexterminio consciente (ordenado, organizado, todos al mismo tiempo). Pero antes de eso se tendrá que educar a la humanidad, se tendrá que rescatar a la humanidad de donde hoy está (de esa etapa de ceguera, de esa etapa de incoherencia, de esa mezcolanza de mal y bien, que es consecuencia de la mezcolanza de ignorancia y conocimiento), de cómo hoy está, de cómo se está cuando no se sabe qué es todo esto, cómo es todo esto, esta cosa en la que somos, esta cosa de la que somos, esta cosa que es el ser, el único ser posible. Los seres humanos se van, recomponen, pero se van, porque aquí no puede sostenerse el proyecto humano, el sueño humano, el aborto humano (no podríamos sostenernos ni siquiera en la más completa justicia, es decir, en la más completa igualdad), cosas como nosotros los humanos son las cosas más extrañas (más diferentes) de las cosas, pero el que haya cosas (ser) es ya de por sí extraño (pero pese a todo el ser es, pero se manifiesta sólo a través de lo que somos nosotros, pero en ustedes está enredado y trabado). Aquí se puede ser sólo si se es como piedra (es decir, cosas que no sienten, ni ven, ni oyen, ni piensan), o si se es como perro (es decir, cosas que sienten, y/o ven, y/u oyen, y/o piensan un poquito), o si se es como hasta hoy ustedes (y los humanos sentimos, vemos, oímos, pensamos, pero en la etapa en la que hoy están ustedes el pensamiento del humano está como bloqueado, muy increíble, muy incoherente, muy como sonámbulo), o sea que hoy la ignorancia (en que están ustedes. Pero los humanos somos sólo cosas, y somos en modos de ser) está protegiéndolos, la ignorancia está afectándolos (con pobreza, con miseria, con asesinados, con violencia, con violados, con enviciados, con embrutecidos, con actos viles, con banalidad, con egoísmo, con malos gobiernos, con estafas, con ignorancias brutales, con creencias de ignorancia, con mentiras, con injusticia, con desigualdad, con infelicidad, con muchísima más muerte que la inevitable), pero está protegiéndolos, como a los perros, por eso los perros siguen siendo en su mundo, por eso los perros siguen siendo su mundo, sus capacidades, sus posibilidades, lo que tienen para ser, lo que tienen como ser. Pero lo que son los perros (lo que se es en perro, o en mosca) es algo cerrado (aunque en ese tipo de cosas esté en potencia lo que somos nosotros. Pero en perro las cosas están cerradas, sólo pueden ser lo perro, como se es en perro, o en planta: sólo vida, y un poco de conciencia), pero lo que somos los humanos (lo que se es en humano, pero lo humano es sólo lo perro o planta avanzado un escalón más allá) no es algo cerrado, hoy está cerrado, en ustedes, pero porque ustedes se traban a medio camino de lo que son (pero el mundo ustedes en que están ustedes todos es sólo una etapa del ser en humano), de sus capacidades, de sus posibilidades. En la etapa en que están ustedes se hace un mundo: el mundo ustedes, y en la etapa perro se hace otro mundo: el mundo perro (que es equivalente al mundo que se vive desde mosca o desde planta). Y ustedes todos viven en el mismo mundo (ya sea que lo vean desde religión, o desde filosofía, o desde ciencia, o desde política, ya sea política de derecha o política de izquierda).

 

        Benito, al hablarte a ti estoy hablándole a alguien que puede hacer mucho por la humanidad  (y eso es muy aparte de si me ayudas a mí a nivel personal o no), hoy que ya podemos hacer algo efectivo por la humanidad (hasta hoy nuestros esfuerzos humanos han sido tragados, porque no sabíamos a qué nos enfrentábamos, porque no sabíamos qué éramos, no sabíamos cómo era todo esto, esta vida, este mundo, este ser. Hasta hoy nuestros pequeños esfuerzos humanos tenían que ser tragados, porque así es esta cosa en la que somos, de la que somos, hasta hoy la tontería ha podido quemar a los Giordanos, y los Franciscos Francos han podido creer que el mundo es de Adán y Eva y de estafas sociales), hoy que ya podemos liberarnos de tener que ser como hasta hoy, viviendo a ciegas, al garete, con tanta tragedia, y comedia (pero la tragedia domina sobre la comedia, porque sólo somos cosas, cosas que van a tener algo de comedia, algo de belleza, y mucha tragedia, y mucha sinrazón. Tanta sinrazón como ésa de que en este ser no haya razones de ser, que todo sea gratuito, así como los perros, así como los dinosaurios, sólo cosas que son, porque pueden ser, pero que este lugar no es para el pensamiento, para las razones o deseos que puede haber en el cerebro humano, en el cerebro de tipo humano. Tanta sinrazón como ésa de que eternamente va a haber la posibilidad de que pueda haber seres parecidos a los perros o a los humanos, y esos perros y esos humanos siempre van a tener que pagar precios injustos, absurdos, pero hasta hoy ustedes no saben de esta película, hasta hoy no se sabe toda esta injusticia natural, toda esta absurdidad natural, aunque en ella haya belleza, belleza natural).

        Los asuntos (y problemas) humanos pertenecen a asuntos más grandes. Y si te escribo es para que ayudes en la resolución de los problemas humanos (y hasta hoy los humanos hemos sido en la oscuridad de las cosas, y aquí en esta oscuridad unos humanos han sido mejores que otros, y ésos que han sido mejores no han sido muchos, y ésos que han sido mejores es porque han tenido un poco más de entendimiento, y ésos que han sido un poco mejores no sólo se han preocupado por sí mismos, sino que se han preocupado por los demás, por los demás humanos, por los problemas humanos, o por los mayores problemas humanos, o por los problemas que padece la mayoría de los seres humanos. Pero aquí no hay culpas ni méritos, porque los humanos somos sólo unas cosas más, eso es algo de lo que dice la evolución. Que no hay “Dios”, y que en un lugar sin un Dios no hay sentido, pero que mientras tanto vivimos, amamos, ladramos, mordemos. Pero los humanos podemos darnos cuenta de todo esto, los humanos no estamos condenados a tener que ser siempre como son los perros, pero hasta hoy nosotros no podíamos evitar ser como los perros, con nuestras diferencias humanas, con nuestras capacidades humanas, con nuestras posibilidades humanas, pero igual de ajenos a las cosas que los perros. Y ahora, aunque ya sepamos las cosas, seguimos igual de condenados que los perros, pero al menos ya no tenemos que estar como los perros, ajenos, teniendo que soportar todo, tanto lo bueno como lo malo, la poca belleza, y la mucha sinrazón).

 

        Y sé que nada importa, porque algún día esta humanidad terrícola (esta humanidad de nosotros) no será. Y sé que tarde o temprano el humano puede con la sinrazón humana (y sé que al final triunfa la nada, la absurdidad, pero porque las cosas son de eso, de nada, las cosas no van hacia ningún lado, el ser es absurdo, sólo un ser, un seguir, siendo lo que es, esto es ser, y aquí somos nosotros, nuestros sueños humanos. Pero también sé que la razón humana logra derrotar a la sinrazón humana, sé que la injusticia humana, sé que la maldad humana, sé que la tontería humana, al menos logran ser derrotadas. Pero sé que una y otra vez volverán a surgir experiencias humanas, que tendrán que padecer sinrazón, sinrazón que va a tener que ser vencida, pero que no es fácil). Pero también sé que hoy ya podemos empezar a poder con la sinrazón que hay en nuestra humanidad terrícola, sé que hoy ya podemos empezar a hacer algo contra la sinrazón que nos corresponde a nosotros enfrentar.  

        Pero sé que hoy ustedes están trabados (sé que lo humano en la etapa ustedes está trabado, y que debe de ser destrabado). Sé que ante las cosas hoy ustedes están igual que los perros: ajenos.

        Sé que los humanos (lo humano) somos sólo cosas, sé que sólo podemos lo que las cosas permiten que podamos. Sé que todo lo nuestro está presupuestado. Pero a mí me está urgiendo la vida, yo ya no puedo permitir que en nosotros siga nuestro ser como hasta hoy, teniendo terribilidad (problemas, muerte, daño) de más, hoy que ya podemos parar esta sinrazón que hay en la absurdidad en donde somos, esta absurdidad en donde son nuestros pequeños sueños humanos, esta absurdidad de donde es esta cosa pequeña que es lo humano. Tiene muchos años que he vivido sólo para poder arreglar al humano, pero me he tardado tanto porque no era fácil decir todo esto que te digo en esta carta (y por si fuera necesario te digo que lo que considero que produce a los que son como yo es sólo inteligencia y tiempo, es sólo nacer en el tiempo ya más o menos adecuado y con la inteligencia suficiente, desde pequeño yo siempre fui el número 1 en mis escuelas. Sólo eso, lo demás es ya inevitable. Y los Giordanos y los Darwins, y los Galileos y los Newtons y los Einsteins, también son inevitables, pero también los Ches).

        Sé que no hay Dios (pero sé que sólo algo como “Dios” le hubiera dado sentido a las cosas), y por tanto, que nosotros somos sólo unas cosas más. Sé que nada importa, que los daños no importan.

        Y aunque nada importa yo no puedo dejar de ser lo que soy, lo que veo, yo no puedo vivir una vida de ceguera como la que vive la mayoría de los humanos, porque a algunos de los humanos las circunstancias los han llevado a ser un poco diferentes que la mayoría, porque hay y ha habido algunos humanos que desde la religión o desde la filosofía o desde la ciencia o desde la revolución han hecho algo (o han tratado de hacer algo).

        Sé que ustedes están increíbles, aunque ustedes ni se den cuenta (ni puedan darse cuenta), pero desde evolución (los que “vean” desde evolución) ustedes tendrían que darse cuenta de muchas cosas, pero sin embargo no se dan cuenta, están como sonámbulos, desde evolución ustedes tendrían por lo menos que ver cómo es esto, cómo hemos sido nosotros, pero no se dan cuenta, están como sonámbulos, o peor, como periquitos, que sólo repiten, pero al menos no repiten sandeces de tipo religioso.

        Sé que al final el conocimiento (humano) triunfa sobre la ignorancia (humana), sé que al final el bien (humano) triunfa sobre el mal (humano).

        Pero yo quiero sacarlos a ustedes de su sonambulismo (natural), de sus cegueras (naturales, normales), de sus inercias (naturales, normales, esperables).

        Hasta luego y espero que me contestes algo.

 

        Y lo que sigue puedes saltártelo, pero abunda un poquito más en lo que he tratado de mostrarte:

        Las cosas (o sea, todo) sólo podrían ser de “Dios” (de algo como eso que llaman Dios) o de algo que no es como es eso (que no hay un Creador, sino que las cosas son solas, sin creador, sin una voluntad grandotota, pero los humanos sólo han dado a ese Dios características de pensamiento, de voluntad, de inteligencia, pero esas características no son sólo humanas, los perros las tienen también, sólo que un poco menos desarrolladas. Las cosas tienen para ser como se es desde humano o como se es desde perro o como se es desde piedra. Y de piedra a perro o a humano hay escalas de ser, pero los tipos básicos de ser son como la piedra, como el perro o como el humano, pero los humanos tienen una etapa ustedes, lo que hoy son ustedes, lo que ven ustedes, lo que piensan ustedes, lo que entienden ustedes. Los humanos y los perros vemos hacia la realidad, pero no todos vemos la misma realidad. Los humanos y los perros vemos la realidad, pero la interpretamos, pensamos, creemos, hablamos, ladramos).

        Lo que tú dices que te queda claro respecto a qué somos y a de dónde venimos los seres humanos lo dices de ese no Dios, pero que irse por ese lado va mucho más allá (pero por lo menos a ti no tengo que tratar de hacer entender que “Dios” es sólo ignorancia, y a veces un poco o un mucho de buena voluntad), pero que hasta hoy los que hablan desde esos lados están como sonámbulos, o como pericos, sólo repitiendo, pero no entendiendo mucho (pero así son las cosas, así se retuerce el conocimiento, si no se retorciera así los humanos no estaríamos en este callejón actual, atorados, trabados, incoherentes, con conocimiento a medias, o con ignorancias tremendas, como están todos ésos que ni siquiera piensan en evolución de la vida, sino en Adán y Eva, o en algo parecido a eso: astrología, brujerías, Santa Muerte, fantasmas, espíritus…).

        El conocimiento que tienen ustedes (el conocimiento que se tiene en la etapa ustedes. Aunque lo que más tienen ustedes es ignorancia, la mayoría de los humanos está más metida en cosas de tipo religión que en cosas de tipo ciencia, o que en cosas de tipo filosofía materialista. Y cosas de tipo religión no son sólo las creencias de ese tipo, sino toda esa mitología popular como la astrología, como las brujerías, como todo eso en donde intervienen cosas de tipo espíritu, todas esas cosas misteriosas, de las que no hay ninguna prueba, la más mínima, y sin embargo en cosas así está la mayoría de los humanos. Y el poco conocimiento que hay está como sonámbulo, o peor, está como de perico, repite, pero no entiende. Pero no hay culpa, ni méritos, así es esto que somos) es un conocimiento increíble, por lo corto (como la filosofía materialista. Porque la filosofía que ni siquiera es materialista llega hasta filosofía de tipo religioso) o por lo desviado (como la ciencia. Y no es que la ciencia no sea conocimiento, no es que la ciencia no tenga razones, el problema de la ciencia es que hay cosas mucho más primarias para las que la ciencia está ciega. Pero así se pierde el conocimiento, se queda muy corto, o se va hasta lo secundario), y por eso ustedes no ha podido entender, lo principal que habría tenido que entender (y el entendimiento nos es natural, no es ningún mérito nuestro. Pero los caminos por los que increíble e inevitablemente se van ustedes no son los adecuados para entender. Cuando allá por el siglo 6 antes de Cristo empezó, ya definidamente, eso de la filosofía, tenía tiempo que ya había los datos que a mí me han llevado a poder entender, y esos datos ya los había en tiempos de Hammurabi o en tiempos de Urukagina. Y esos datos son la gran tontería que hay en los humanos, y la gran terribilidad que hay en las cosas. Pero lo que lleva a alguien como yo a llegar hasta todo, es el darse cuenta de que todos ustedes tienen tontería, que todos ustedes están como sonámbulos, como miopes, y a partir de ahí ese alguien como yo se mete en batallas al tener que acomodar todos los datos, entre esos datos los caminos a medias o los caminos distorsionados de ustedes, como eso de la filosofía y eso de la ciencia).

        El mundo en su forma más completa está sólo en nosotros (porque los perros o las hormigas también perciben mundo, realidad, asuntos), pero en ustedes todos va desde las más completas ignorancias (religión, o astrología), hasta filosofía, ciencia o política, y hasta las mezcolanzas de todo lo anterior (y por eso la realidad hoy está cerrada en ustedes todos, casi tan cerrado como en los perros o en las hormigas).

        Las cosas no tienen sentido, no hay ningún propósito para los perros (ni para los humanos, ni para las piedras. Pero las piedras y los perros y los humanos tienen potencias, aunque no tengan ningún propósito, ningún objetivo, sino que son sólo posibilidades, capacidades, posibilidades y capacidades que sólo pueden dar vueltas, repetirse, una y otra vez, infinitamente, cuando sean, cuando se dé la posibilidad para que sean. Y no siempre son los perros o los humanos, pero lo mudo, lo piedra, siempre es, aunque ni siquiera sea en forma de piedra), los ladridos quedan en sólo ladridos, pero mientras son, los perros ladran, y comen, y huelen, y aman, y mueven la cola, y muerden, y van al baño.

        Y las cosas son extrañas (pero están amarradas a nosotros, sólo cosas como nosotros pueden dar testimonio de ellas, dar testimonio, dar imaginaciones, dar conceptos, dar creencias, dar ideas. Esa capacidad de ser los portavoces de las cosas nos define a nosotros, lo otro es perro o piedra, ladridos o mudez absoluta. Pero en ustedes las cosas se enredan, y en ese enredo se traba todo, nosotros y todo lo demás). Pero Dios (ese concepto) no sólo es extraño, es irreal, porque está sólo en un pensamiento muy ignorante (y todos los humanos venimos de mucha ignorancia, a nivel general y a nivel individual, hace como 10 000 años todos los humanos que había eran muy ignorantes, y todos somos muy ignorantes cuando nacemos). Porque en la realidad no se ve ese Dios. Se ven regularidades (asuntos cuánticos incluidos). Se ve terribilidad, mucha (y casi toda ella inevitable), que será una y otra vez, como es el caso en las cosas como nosotros, que siempre vienen de una evolución de la vida, y salen desnudos, sin tecnología, modelados por una dura naturaleza, teniendo que pagar precios naturales y humanos (que también son naturaleza), teniendo que ser regidos por tiranos, teniendo que  ser esclavizados por otros humanos o por los vicios, teniendo que ser asesinados por las fieras salvajes o por otros humanos o por la enfermedad o por el desconocimiento de las medicinas o por el hambre (natural o de egoísmo humano), teniendo que ser envilecidos, teniendo que estar expuestos a extinciones como la que acabó con los trilobites o con los dinosaurios. Se ve ignorancia humana, mucha, aún hoy, en donde ni siquiera hemos podido ser más buenos, más juiciosos, más justos, menos egoístas, pero si fuéramos eso ya no estaríamos, hoy estamos en la presente situación porque las cosas humanas se acomodan así, se entrampan. Y es como una película, en donde sólo puede haber lo que hay, lo que ya ha habido, y hoy nosotros los humanos de este planeta Tierra estamos siendo parte de esta película.

 

        Hay algunos puntos que no hay que perder de vista ante la gravedad del problema al que nos enfrentamos:

        Que este hoy que actualmente vivimos es sólo un momento (y pasará, porque todo pasa, todo transcurre, sigue. Hace 10 millones de años no había “humanos” en el planeta Tierra, y hace 6 000 millones de años no había planeta Tierra, y dentro de 4 000 millones de años no habrá planeta Tierra, y dentro de 100 000 millones de años no habrá nada de esta humanidad terrícola), pero nosotros los humanos vivimos tan en un tiempo presente (o en un tiempo más o menos cercano a este presente, a este hoy).

        Que los humanos no somos nada relevante (que todo lo que podemos es nada ante las cosas), que no siempre hay humanos, pero que siempre habrá la posibilidad para que pueda haber esta cosa que hoy somos nosotros (pero que no siempre es como hoy somos, hace 200 ó 2 000 ó 20 000 ó 200 000 ó 2 millones de años, esto que somos estaba menos desarrollado).

        Que las cosas más diferentes de las cosas son las que se dan en la vida (y en el pensamiento de esa vida) que puede haber en las cosas, las cosas (algunas cosas) pueden llegar hasta vida, y la vida puede llegar hasta seres como nosotros (pero los seres como nosotros tienen una etapa como en la que están ustedes todos). Porque todo lo demás es menos complejo, para empezar, todo lo demás ni siquiera tiene pensamiento, conciencia, imaginación, deseos, voluntad (he clasificado a las cosas tomando en cuenta lo no vivo, lo vivo, y lo “humano”. Pero cuando las cosas que piensan más están enredadas, trabadas, como pasa con ustedes todos, entonces todo se confunde, se complica).

        Que no siempre hemos estado como hoy estamos, en este bienestar (por el momento dejando de lado a los malestares, un malestar que siempre ha habido: ya sean los virus, o las bacterias, o los Hitlers o los lobos, o los leones, o los tigres, o los tigres dientes de sable…), pero los humanos vivimos casi siempre en tiempo presente como que se nos olvidan los muertos, o como que se nos olvida que además del bienestar actual seguimos llenísimos de problemas. Y hoy tenemos bienestar, pero seguimos teniendo ignorancia, de lo que somos, de lo que es esto en donde somos. Los humanos somos de una evolución de la vida (de una vida que surge en una realidad material, es decir, en una realidad en donde no hay “Dios”. Pero esa realidad es vista a través de lo que hay en nuestro cerebro. No hay Dios, pero hay cosas, pero también hay opiniones humanas. Éstos son los datos básicos que hay), pero esa evolución es en todos los órdenes: en lo físico, en lo tecnológico, pero sobre todo en el entendimiento. Y físicamente ya estamos terminados, y tecnológicamente ya no estamos tan mal, pero en el entendimiento todavía no habíamos terminado.

        Que hoy estamos mal (que siempre hemos estado mal, que los perros están mal: son perros, pero ellos no lo saben, no saben que son perros, no saben qué es ser perro, por qué son perros, por qué tienen que ser perros), que necesitamos un arreglo, que necesitaríamos un arreglo, si esto fuera posible (pero que no es posible, pero lo que sí es posible, ahora ya es posible, es ya poder salirnos de la ignorancia. Lo que somos es naturalidad, normalidad. Y lo que somos hoy es naturalidad, normalidad, e ignorancia).

        Que somos en inercias, y como desmemoriados, como sonámbulos, impotentes. Y que yo mismo no tengo que dejarme envolver por esta inercia, por esta casi impotencia ante una realidad que se hace normal, muy normal, pero que nos va tragando (pero una realidad que ahora ya podemos enfrentar, saber).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Jueves 31 de julio de 2014

Benito:

        Hace unos días leí algo que tú escribiste acerca de Giordano Bruno. 

        Yo ya conocía un poco acerca de ti, una vez te oí cuando fuiste a un programa de radio, hace como 5 años, creo que fue en el programa "El Hueso".

        No tengo el artículo sobre Giordano Bruno a la mano, pero algo de lo que tú escribiste hizo que pensara en ti, porque tenemos que hacer algo para tratar de arreglar este caos que vivimos no sólo los mexicanos sino todos los humanos.

        Yo he dedicado mi vida a tratar de hacer algo, no puede ser de otra manera, cuando vemos que este mundo que vivimos está como de locos, o como de tontos, tontería que casi llega hasta el retraso mental.

        Yo no he podido hacer una vida normal, a los 17 años yo ya estaba en la universidad (en la UAM) estudiando Administración, pero lo que veía del mundo ya no me permitió seguir en eso, y entonces me dediqué a leer y a leer (yo siempre fui el número 1 en la escuela, por eso a los 17 ya estaba en la universidad).

        Y de tanto leer ahora ya puedo decir que he entendido por qué es todo este caos mexicano y humano.

        Y ya he escrito un libro, pero sé que aún le falta mucho, porque en ese libro trato de explicar cómo es todo esto en que somos los seres humanos, y el tema es dificilísimo, y para que pueda ser aceptado tiene que quedar casi perfecto. 

        Y lo que digo en mi libro es que esta cosa (realidad, o naturaleza, o ser, o universo, o universos) está en estrecha relación con seres que son como nosotros, porque seres que son como nosotros (y en las cosas sólo puede haber seres como las piedras, o seres como los perros, o seres como los humanos. Y los humanos de aquí del planeta Tierra son sólo una humanidad más, lo que somos nosotros no es propio sólo de nosotros, lo que somos nosotros es sólo un nicho que hay en las cosas) son los que tienen (más desarrollado, porque las características humanas no son algo desconectado de lo demás, en los demás animales estas características ya están, pero muy mínimas) pensamiento, opinión, ideas, acerca de las cosas, somos una parte de las cosas, pero las cosas (para nosotros) son a través de nosotros, y ahí están las miles, o millones, de opiniones de los humanos, aún las de más ignorancia.

         Y en mi libro también digo que lo que hoy vive el ser humano es de las cosas, por eso puede sostenerse, aun con tanta incoherencia, aun con tanta ignorancia, aun con tanto daño. Yo no estoy enfrentándome sólo a una normalidad que hoy vive el humano sino a un estado de las cosas, por eso es que es tan difícil que se me entienda.

        Y en mi libro también digo que llega un momento en que a los seres como nosotros les llega la hora de entender las cosas, y que lo único que podríamos ser sería ser buenos, y justos, e iguales, y felices, pero todos, y para eso vamos a tener que hacer una sociedad en donde eso pueda ser posible, pero que el quitar todas las diferencias (empezando por las diferencias económicas) llega hasta nuestros cuerpos, que vamos a tener que ser puros clones, en un clon masculino y en un clon femenino, y que si esto está en chino, lo otro es peor, pero que puede que eso otro sea lo que al final hagan todas las humanidades (porque aquí, en las cosas, no hay sentidos, no hay propósitos, no hay razones de ser, no hay nada que esperar, y hasta hoy los humanos y los perros son como son porque viven de espaldas a las cosas, porque no saben las cosas): irse, suicidarse en masa, ya no se trata sólo de nosotros sino que se trata de qué es lo que hacen los seres que son como nosotros, y los seres que son como los perros siempre van a ser como eso, mientras sean, pero nosotros no, nosotros la tenemos muchísimo más difícil.

        Mi libro ya está en su cuarta versión y las versiones tercera y cuarta las he mandado a concursar (en enero y en abril de este año) a concursos de ensayo en los que se puede participar enviando la obra por correo electrónico, pero no he podido ganar. Y yo no tengo de otra más que continuar. Y en vista de que en los concursos de ensayo no he podido ganar he pensado enviarla a una editorial en donde aceptan manuscritos, pero no ahorita, sino que en mi cabeza ya está armándose una nueva versión, pero actualmente ni siquiera tengo una computadora.

        Tiene más de 4 años que estoy en Baja California Norte, y estoy por acá porque vine para intentar pasar a Estados Unidos, ilegalmente, pero está tan peligroso el cruce (hay secuestros y asesinatos) que no me ha quedado de otra más que seguir aquí leyendo y escribiendo, no vaya a ser que me toque la de malas sin antes haber acabado lo que estoy haciendo, pero estoy varado, y además hasta pasando hambre.

       Me gustaría saber si tú puedes hacer algo por mí. Gracias y hasta luego.